Una jovencita identificada como Vitória Cristina Queiroz dos Santos, estudiante de negocios de 21 años, estaba haciendo planes para el futuro.
Según la familia, era vanidosa, alegre y decidida. Le encantaba vestirse para tomar fotos y escuchar canciones de su grupo favorito de Corea del Sur, BTS.
Pero a principios de julio de este año, Vitória vio interrumpidos sus sueños. perdió la vida después de recibir una sobredosis de un medicamento calmante en el Hospital Nosso Senhor do Bonfim, en Silvânia, Goiás, Brasil, donde fue internada por un ataque de ansiedad. La Policía Civil sigue investigando lo sucedido.
"Victoria era feliz, reía mucho, era perfeccionista en todo lo que hacía. Tenía 21 años, pero era como un niño y todo lo que se proponía, lo tenía que hacer. Era muy querida, hacíamos todo lo posible por ella".
"Ella era fan de BTS, hizo que su padre la llevara al cine para verlos y aún así esperar afuera, porque solo teníamos dinero para su entrada y almuerzo", recuerda la madre de la joven, la farmacéutica Raquel Príncipe dos Santos.
Desde el deceso de la joven, toda la familia ha quedado conmocionada. Raquel dice que pasa las 24 horas del día tomando medicamentos para tratar de sobrellevar la situación y también cuidar de sus otros cuatro hijos. Dice que Vitória era la hija mayor y muy apegada a su hermana Isadora, que tenía apenas 1 año y 6 meses.
“Todos tenemos episodios de ansiedad y depresión. Estoy medicada las 24 horas para poder aguantar. Sus hermanos están sufriendo, duele mirar a Isadora y saber que Vitória ha hecho tantos planes para ella y no verá crecer a su hermana. Mi familia quedó destrozada, fuimos los únicos que perdimos”, dice.
Alrededor de las 5:00 pm del 3 de julio, Vitória comenzó a sentirse enferma con síntomas de un ataque de ansiedad y buscó el hospital de Silvânia, donde solía ir cuando tenía esos síntomas. El abogado de la familia, Jales Gregorio, dice que a pesar de estar nervioso, la estudiante estaba consciente y hablando.
Sin embargo, durante la consulta, el médico le recetó fentanilo y midazolam, que, según el abogado de la familia, están destinados a la intubación y no a la ansiedad.
Además, según Jales, la dosis prescrita era muy superior a la recomendada. “Normalmente usan para la intubación de 1 a 1,2 microgramos de uno de los medicamentos, por peso. Tendría que tomar 50 microgramos, pero se aplicaron 4 ampollas de 10 miligramos, 2 mil microgramos”, explicó.
Poco después de recibir la sobredosis, Vitória tuvo un paro cardíaco y fue derivada a la UPA Buriti Sereno, en Aparecida de Goiânia.
Allí, los médicos encontraron un daño cerebral muy grande y, el 5 de julio, la trasladaron al Hospital Municipal de Aparecida. En el lugar, el 9 de julio, los médicos confirmaron la MÜ€RTE cerebral de la estudiante.
En una nota, la Alcaldía de Aparecida informó que el municipio puede recibir pacientes de Silvânia, sin embargo, no divulga información de los registros médicos de ningún paciente sin el permiso de los familiares. También informó que colabora con la Justicia.
El Municipio de Silvânia dijo que el 31 de julio inició un Proceso Administrativo (PAD) para investigar la conducta de los profesionales en la asistencia a Vitória. Reforzó que los involucrados en el caso están fuera de la unidad hospitalaria y que el "Gobierno de Silvânia continúa monitoreando y colaborando con las investigaciones".
Raquel es farmacéutica y trabaja en el hospital de Silvânia donde su hija recibió la sobredosis. Dice que desconfiaba de la conducta de los profesionales y, por lo tanto, exigió que le entregaran las historias clínicas con información sobre los medicamentos y las cantidades que le aplicaron a su hija el día que ingresó al hospital.
La documentación desapareció inicialmente tras la petición de la farmacéutica. Pero como Raquel trabajaba allí, obtuvo una receta del médico y de inmediato se dio cuenta de que algo andaba mal.
“Ya la había tomado otras veces con ansiedad y vi la diferencia en el protocolo del médico que la atendió la última vez. Descubrí cuáles eran los medicamentos porque fui tras ellos. En ningún momento me dijeron qué le estaban haciendo, entonces sospeché porque el estado en el que se encontraba no coincidía con el protocolo de ansiedad”, relata la madre.
La Policía Civil comenzó a investigar el caso el 18 de julio. Según el jefe de policía Leonardo Sanches, uno de los responsables de la investigación, el equipo policial solicitó al hospital toda la documentación sobre la atención brindada a Vitória.
Durante el análisis se constató que hubo falsificación de documentos y omisión de datos e información del expediente médico de la joven.
Las investigaciones señalan que el coordinador de enfermería del hospital es sospechoso de haber producido documentos en los que se omite la cantidad, procedimientos y medicamentos administrados por las enfermeras a la paciente.
El médico que atendió a Vitória es sospechoso de llenar una ficha médica falsa sobre lo que administró al paciente.
En una nota, el Consejo Regional de Enfermería de Goiás (Coren-GO) dijo que "tras tomar conocimiento del hecho, abrió un Procedimiento Ético Disciplinario (PED) a través de una denuncia formal para investigar la actuación del posible profesional en el caso".
El Consejo Regional de Medicina de Goiás (Cremego) informó que no fue notificado de ninguna acción de la Policía Civil que involucre investigaciones contra el médico. También dijo que "todas las denuncias relacionadas con la conducta ética de los médicos se manejan en completo secreto".
Además de los profesionales mencionados, la policía también investiga a la secretaria de salud de Silvânia, Laydiane Gonçalves Ribeiro.
Se sospecha que el sirviente trató de suprimir información veraz de los documentos médicos, pero también coaccionó a los empleados que presenciaron el incidente y fueron citados por la policía para dar testimonio.
El informe no logró ubicar a la defensa de Laydiane, ni al médico ni a la coordinadora de enfermeras. Todos ellos fueron destituidos de sus cargos, según la Policía Civil.
Según el jefe policial, los sospechosos negaron la omisión de datos en su testimonio y reafirmaron que toda la información sobre los procedimientos y medicamentos administrados al estudiante se encuentran en los documentos entregados por ellos.
Mientras avanzan las investigaciones, la familia de Vitória espera ansiosa la justicia. “En este momento solo quiero justicia y que los culpables sean castigados”.