FUENTE: EL ESPECTADOR
Este es el triste caso de una joven que respondía al nombre de Sarai Colmenares, de doce años, la cual forzadamente dejó a Venezuela y se fue a Colombia, no iba al colegio, y acabó T0RTUR4DA y VI0L4DA hasta que le quitaron la vida, en un hecho sucedido en en el centro de Santa Rosa de Cabal, Risaralda, Colombia.
Ese día, las autoridades entrevistaron a Juan Esteban Campo Galvis, dueño de la casa, quien les dijo que él había subarrendado una habitación a una persona conocida como Yordi.
Juan Esteban agregó que ese lunes salió temprano a trabajar y a la salida vio en la cocina a su vecino de apartamento. A las nueve de la noche, cuando regresó, tocó en la puerta de la jovencita y, como nadie le respondía, entró y encontró sin vida a la chica, arrumada contra una pared.
La niña estaba sin ropa e impregnada con una sustancia pulverulenta café y blanca que impedía identificarla. En el cuello llevaba puesto un collar artesanal color negro y una cadena plateada con una medalla en forma de corazón.
Tenía muchos signos de violencia en todo su cuerpo. Trauma craneofacial severo y otras lesiones que dan cuenta de todo lo que padeció antes de fallecer.
Tenía fracturas en la nariz y los huesos temporales, signos de asfixia, múltiples G0LPES en los brazos y el abdomen, laceraciones en la V4GIN4 y fisuras AN4LES, indicó el dictamen preliminar de Medicina Legal.
Cuando las autoridades inspeccionaron la casa de cuatro pisos, hallaron también un bolso negro, tipo canguro, con un comparendo y una factura a nombre de Jairo David Latorre Muñoz, más el registro de algunos números de teléfonos. De esa forma supieron el nombre real de la occisa y pudieron encontrarla.
La Policía lo capturó, dos días después, un bar que frecuentaba en Pereira.
El cuerpo sin vida permaneció en Medicina Legal cinco días sin ser reconocido, porque Latorre, además de negar su responsabilidad, no quiso dar información alguna a las autoridades que permitiera identificarla.
Los funcionarios tuvieron que “componer” lo que mejor pudieron el cuerpo sin vida para tomarle una foto. Con esa pista y el dato de que era venezolana.
Mas tarde fue el padre quien la reconoció, al momento que dijo que hacía días no sabía nada de su hija. La madre de la hoy occisa comentó que la última vez que habló con ella fue el 20 de enero. Cuatro días antes de que le quitaran la vida.
La Fiscalía le imputó a Jairo David Latorre, joven universitario de 28 años, los delitos de FEMIN1C1DI0 agravado en concurso con acceso carnal violento y T0RTURA. En la audiencia, Latorre no aceptó los cargos.
Solo se descompuso cuando el fiscal anotó que había recuperado la información de su celular que contenía fotos, videos y mensajes de Sarai.
El victimario anotó lo que dijo el fiscal y permaneció con rostro imperturbable, pero cuando la juez de garantías le dictó medida de cárcel de manera preventiva, de inmediato, perdió el control.
Se paró, y le dio una patada a la silla, interrumpió a la togada, pidió que lo dejaran hablar, que lo mandaran a una fundación de personas con problemas de adicciones y dijo que se quitaría la vida él y a su familia.
DOS VIDEOS CON INFORMACION DE ESTE CASO: