Durango, México. – Una adolescente de 14 años, identificada como Paloma Nicole Arellano Escobedo, perdió la vida luego de ser sometida a tres cirugías estéticas por su padrastro.
Se trata del cirujano Víctor Manuel Rosales Galindo, y con la complicidad de su propia madre, Paloma Yazmín Escobedo Quiñónez. La madre fungió como enfermera auxiliar de su pareja sin contar con la certificación profesional para ello.
La tragedia comenzó el 12 de septiembre de 2025, cuando la madre de la menor le mintió a su padre, Carlos Said Arellano Aragón, con la excusa de que la niña se había sentido mal y supuestamente había dado positivo a COVID-19.
Con ese pretexto, le hizo creer que viajarían cuatro días a la sierra.
En realidad, la adolescente fue ingresada a una clínica privada de Durango para ser sometida a un aumento mamario, una liposucción y una lipotransferencia a los glúteos, un "regalo" que planeaban hacerle por sus 15 años.
Tras las cirugías, el cuerpo de Paloma Nicole, quien era una exitosa atleta, no resistió. Comenzó a sufrir un desplome en su presión y circulación, su cerebro dejó de responder y entró en paro cardiorrespiratorio, siendo trasladada de urgencia a terapia intensiva.
Tres días después, el 15 de septiembre, la madre llamó al padre pidiéndole que fuera al Hospital Santa María, donde le informó que la menor estaba intubada y en coma inducido, mintiéndole que la causa era el COVID.
Paloma Nicole falleció el viernes 19 de septiembre de 2025. El certificado de defunción emitido por el médico tratante asentó como causa el edema cerebral, encefalopatía hipóxica y bradicardia, omitiendo la verdad de la intervención estética.
Mientras Carlos Said se despedía de su hija, notó un corpiño inusual, de apariencia quirúrgica, que se asomaba de su clavícula, pero decidió guardar silencio. La terrible verdad se reveló la tarde del domingo 21 de septiembre, durante el servicio funerario.
El padre, junto a su madre, hermana y cuñada, cerró la capilla de velación y revisó el cuerpo, descubriendo los implantes mamarios y las huellas de la cirugía.
En estado de shock y sin decir nada a los presentes, Carlos Said Arellano se dirigió a la Fiscalía de Durango para denunciar los hechos.
El cuerpo de Paloma Nicole fue trasladado para la necropsia de ley, y el padre denunció la negligencia médica en sus redes sociales, lo que ha alertado a la sociedad duranguense que hoy exige justicia.
El caso subraya las graves consecuencias de la obsesión por las cirugías estéticas, la cual alcanzó trágicamente a la menor.











