Siempre se ha visto a la gran fuerza de la naturaleza hacer alardes ante los asombrados ojos del ser humano. Son muchos los huracanes que han pasado por todo el mundo dejando a su paso una triste estela, Pero este que acaba de pasar por centroamérica reescribe su historia haciendo alardes de ser uno de los más grande y más fuerte que jamás haya pasado. Este traerá resultados penosos para estas regiones.
Hace solo dos semanas que el huracán Eta pasó por estas lugares y todo a su paso quedó bien feo, la gente todavía no se repone de las inundaciones y todo lo que esta fuerza a hecho, dejando mucha inundaciones, lodo, y peor aún, casas inservibles y otras en malas condiciones. Ahora la misma región se enfrenta a otra fuerza más descomunal, el huracán Iota, las calles están intransitables, los que osan salir lo hacen poniendo en juego su vida.
En Nicaragua y Honduras la situación es realmente triste, categoría cuatro, los vientos están a ciento cincuenta y cinco millas por horas. Cientos de miles de personas han sido evacuadas, muchos techos salieron volando, las frágiles construcciones se pueden apreciar destruidas, en malas condiciones, dobladas, incompletas, sin mencionar como están por dentro.
Los vientos sumamente fuertes doblan las palmeras más fuertes, y todos aquellos árboles que no tuvieron fuertes cimientos fueron arrancados de raíces, los que se resistieron fueron tumbados. Las gigantescas olas se elevaron como nunca antes se había visto, algunos calculan hasta veinte pies de altura, y junto con ella, el avances inexorable de la ola tierra adentro, siendo esto causante de inundaciones y lo más triste, pérdidas de vidas humanas.