Para conmemorar la "salida de secundaria", "este miércoles, familiares y amigos visitaron el Panteón Evangélico, que se encuentra en la colonia San Juan Teotihuacán, Ciudad de México, recordaron a Norma Lizbeth, quien falleció el pasado mes de marzo a consecuencia del acoso escolar.
En la ceremonia, sus hermanos, madre, tío y sobrino rindieron homenaje a la joven de 14 años que hoy se graduaría de la secundaria asociada a la normal 518 en el Estado de México colocando flores, globos y un birrete en su tumba.
"Venimos a festejarle porque hoy se graduaría, concluiría su secundaria, pero lamentablemente me toca festejarlo así, porque físicamente no está. Aunque no esté aquí venimos al panteón a dejarle sus flores", dijo Alma Delia, hermana de Norma.
Los compañeros de clase de la menor se sintieron mal porque Norma no pudo obtener su diploma y tuvo que celebrarlo en un cementerio donde falleció debido a una lesión en la cabeza sufrida en un ataque por parte de un compañero de clase.
"Trajimos globos, su veladora, su birrete y es lo único que trajimos porque ella ya no está en vida para festejar como nosotros estábamos pensando, hacer su comida, hacer más o menos su fiestecita de que terminó su secundaria, pero lo que estamos festejando es el panteón", se lamentó, ".
Creían que las pruebas contra la presunta delincuente eran lo suficientemente sólidas como para derivar en una sentencia severa, aunque solo serían hasta cinco años de detención en Zinacantepec, en el sureño Estado de México, por ser menor de edad. Esta creencia se mantuvo cuatro meses después del presunto delito.
"Mis abogados me dicen que vamos bien, nosotros hemos presentado todas las pruebas de que fuimos a declarar de cómo fue el caso y hasta ahorita vamos bien", remarcó su progenitora.
"Lo único que exijo es que se le haga justicia porque no se me hace justo que esta persona nada más vaya tres o cinco años (a prisión), me gustaría que le dieran la pena máxima", expresa su hermana.
Su familia pidió el descanso de Norma, que quería ser enfermera y esperaba celebrar sus quince años pero cuyo sueño se había visto truncado por varios ataques que había sufrido al salir del campus, entre lágrimas y con un minuto de aplausos.
"Ya son cuatro meses sin ella y me duele mucho porque no la tengo a mi lado, para abrazarla y más hoy que veo que a todos los papás que van con sus hijos y sus padrinos y a mí también me gustaría estar con mi hermana en vida", comentó su hermano Omar.
"Yo sé que mi hermana siempre va a vivir dentro de mí, de mi corazón y siempre la voy a recordar cuando mire al cielo, me voy a acordar y le voy a mandar un fuerte beso y un abrazo hasta el cielo”, agregó.