En la madrugada del lunes en Campina Grande, Paraba, región Agreste de Brasil, un bebé de 1 año murió en un balde de agua. La madre logró sacar al niño, pero él no pudo mantenerse con vida.
El niño estaba al cuidado de su madre, una adolescente de 17 años. Asegura haber salido, pero al regresar descubrió a su hija llorando amargamente, a la niña en su regazo ya un nutrido grupo de vecinos dentro de la vivienda, según la abuela del niño, que habló con la policía.
La joven dijo que a las dos de la mañana se fueron a dormir la siesta luego de ver la televisión. José Miguel tenía 1 año y 7 meses cuando fue descubierto en la cocina con la cabeza sumergida en agua.
Cuando la joven madre por fin despertó, el niño estaba en el balde lleno de agua, José Miguel había perecido. Según Noticia Paraba, el niño fue llevado a un centro médico donde la familia y los vecinos intentaron reanimarlo sin éxito.
El niño no resistió ser trasladado por familiares a una Unidad de Atención de Emergencia (UPA) de Campina Grande.
El cuerpo fue entregado a Medicina Legal para que se realicen las diligencias necesarias para determinar la causa de la muerte.
La Policía Civil abrió una investigación sobre los hechos que resultaron en este deceso.
Si el niño de hecho se ahogó, la lección es esta: No se dejan cubos con agua en casa donde hay niños pequeños.