Un reo que buscaba comida en los desperdicios hizo un hallazgo escalofriante, entre la basura, estaba el pequeñito cuerpo de un bebé sin vida.
Se trataba del bebé de Tadeo, el cual, unos días antes había fallecido a consecuencia de enfermedades intestinales congénitas que lo tuvieron entrando y saliendo del hospital durante los tres meses que vivió.
En su certificado de defunción ni siquiera tiene un nombre de pila, aparece como “Niño Ayala Peralta”. Su fecha de nacimiento fue el 4 de octubre de 2021 y las causas de su deceso fueron una hemorragia aguda pulmonar, choque séptico y coagulación intravascular diseminada.
Los papás de Tadeo lo habían llevado al Hospital Pediátrico de Iztacalco México. Varios días después, en la fecha en que a los niños le dan regalos de los supuestos Reyes Magos, lo sepultaron en el panteón civil San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa.
Pero el cuerpo del recién nacido fue exhumado de manera ilegal y el 10 de enero fue hallado a 144 kilómetros de la tumba en la que lo dejaron sus padres, entre los desperdicios del Centro Penitenciario de Puebla.
El caso del bebé Tadeo ha destapado el tráfico que hay con esqueletos completos y partes del cuerpo de personas sin vida, que son exhumadas y luego vendidas en línea.
Desde precios de unos pocos dólares por un dedo hasta precios de 1700 dólares por un esqueleto completo. Se dice que los restos son usados para ritos de santería y cultos satánicos. Observen el video: